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Formas de reproducción

Las serpientes presentan dos formas de desarrollo.

 

  • Las ovíparas se reproducen a través de la puesta de huevos, donde los embriones se desarrollan alimentándose de los nutrientes aportados por el saco vitelino de la madre. Esto ocurre en varias familias como corales o coralillos, culebras verdaderas, y algunos vipéridos.

 

  • Las especies vivíparas muestran formas placentarias muy semejante al origen de los tejidos que conforman la placenta en los mamíferos. Algunas especies vivíparas son las boas y la mayoría de las víboras (menos Lachesis) (Natera, Esqueda y Castelaín, 2015).

La mayoría de los ofidios conocidos ponen huevos en sitios terrestres en donde la hembra posteriormente abandona el nido, mientras que otras especies dan a luz a sus crías como las boas (Familia Boidae), y la mayoría de las víboras con excepción a la cascabel muda (género Lachesis). Los últimos mencionados también presentan cuidado parental; el padre cuida y alimenta a los recién nacidos hasta que estos alcancen un tamaño óptimo. Algunas de las serpientes recién nacidas son similares al adulto, mientras que otras presentan variaciones en la coloración (Lynch, Sierra y Ruíz, 2016).

Tipo de alimentación

Las serpientes se alimentan de presas que pueden alcanzar el 50% de su tamaño o más, y que tragan enteras. Se han identificado tres mecanismos de depredación:

  • Las mandíbulas y dientes para provocar daños mecánicos.

  • El veneno para destruir los tejidos, provocando parálisis de la víctima.

  • La constricción para evitar el escape, respiración y circulación de la sangre, evitando que la presa se pueda defender ya que queda inmóvil.

Estos animales son carnívoros, y se alimentan de artrópodos (insectos, arañas, escorpiones, crustáceos, entre otros), anfibios (ranas, sapos, salamandras, entre otros), reptiles (serpientes, iguanas, entre otros), peces, mamíferos (ratas, ratones, entre otros) y, gran diversidad de huevos. (Natera et al, 2015).

Referencias

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